Con la obertura se inicia una serie dedicada al vocabulario operístico que tiene caracter divulgativo y de iniciación a la ópera exclusivamente, además de disfrutar de algún video, de ejemplo, al respecto.
La obertura es un número musical estructurado, de cierta extensión, con el que empiezan todas las óperas casi desde que se inició este género musical hacia el 1607 hasta bien entrado el S XIX.
Su primera finalidad no era tanto musical o estética cuanto práctica: era una manera de hacer callar al público. Hemos de pensar que antes a la ópera no se iba por una gran afición musical, que no dudamos que alguno sí la tendría. Se iba a la ópera a ver y a ser visto, a hablar con amigos, a cerrar tratos comerciales, a tener encuentros amorosos,etc., etc; y claro la gente hablaba por lo que la función propiamente dicha no podía empezar hasta que no reinara un mínimo silencio, así que los compositores idearon esta fórmula de la obertura o sinfonía.
Hasta la reforma de Gluck, la obertura no tenía nada que ver, musicalmente hablando, con la ópera que la seguía. Por ejemplo, Monteverdi en su «Orfeo» lo que escribió para su sinfonía inicial fue la marcha militar de la familia que le pagaba la obra, la familia Gonzaga, facilmente reconocible por todos aquellos que asistían a la representación en aquel momento. Poco a poco los compositores van integrando la obertura a lo que viene después,incluso algunos la enlazan con la primera aria. Esto se puede ver en bastantes óperas de Mozart.
Otros, ya más adelante, avanzan en la obertura temas que después iremos oyendo a lo largo de toda la obra. En algunas se advierte claramente el leitmotiv.
Pero como siempre lo mejor será ver unos cuantos ejemplos.
L’Orfeo de Monteverdi (Jordi Savall)
La archiconocida obertura e «Le nozze di Figaro» (James Levine)
En la obertura de «La forza del destino» se aprecia el tema del destino que se repite dentro de la ópera (Riccardo Muti)