Esta anécdota vuelve a referirse a un suceso que le ocurrió a Richard Wagner. ¿Recordamos el teatro de Bayreuth?. ¿Recordamos lo que se explicó sobre el Anillo de los Nibelungos?, pues mejor, porque ésto que vamos a contar hoy está relacionado con ambas historias.
Wagner quería poner sobre el escenario de Bayreuth, en 1876, su «Siegfried» o «Sigfrido», como se prefiera. Pues bien, hay un momento en la historia de Sigfrido en el que se encuentra de frente a un dragon que no es otro que Fafner, el gigante, que se ha transformado. Así que claro, en «Sigfrido» ha de aparecer un dragón, obligatoriamente. Ignoramos porque, pero Wagner encargó la construcción del animal a unos especialistas ingleses. Un dragon de cartón piedra, un gran dragon de cartón piedra, que fue concienzudamente fabricado y cuidadosamente embalado para que llegara en perfectas condiciones a…¡¡¡Beirut!!!. Si, si, a Beirut (Líbano) no a Bayreuth (Alemania), con lo cual se tuvo que improvisar aprisa y corriendo otro dragón para la función.
Si alguien llega a conocer esta historia y algún día viaja a Beirut y se topa con un dragón de cartón piedra, ya sabe de donde viene.
A S.Jerusalem le tocó una función en la que el dragón llegó sin problemas. El dragón -Fafner es Matti Salminen