CLARA SCHUMANN, LAS MANOS DE ROBERT SCHUMANN
Hoy vamos a hablar de Clara Schumann. La mujer que vivió eclipsada por su marido, Robert Schumann, pero que sin ella, él no hubiera podido hacer lo que hizo.
Clara Wieck
Nuestra protagonista fue la hija menor de Friedrich Wieck y Marianne Tromlitz.
Su padre era un reconocido maestro de piano. Además tenía un negocio de venta de partituras y de pianos.La madre era una renombrada cantante y pianista.
Su padre planeó para Clara una vida de concertista. Se preocupó por darle una formación completa, desde muy niña, con los mejores maestros disponibles. Además de piano estudió canto, violín, instrumentación, contrapunto y composición. Friedrich le inculcó a su hija una férrea disciplina y actuó como su agente promotor para conseguirle presentaciones en Europa. Dio su primer recital en la Gewandhaus de Leipzig. A los 11 años y al año siguiente se fue de gira a París, con bastante éxito. Ese mismo año, se publicó en Alemania una obra de Clara titulada Cuatro polonesas para piano. Dos años más tarde, en 1833, comenzó la composición de un concierto para piano, que terminó en 1835 y fue publicado en 1837.
Clara conoce a Robert
Cuando Clara tenía 11 años, llegó un músico nueve años mayor que ella a estudiar con Friedrich Wieck. Se trataba de Robert Schumann, quien era entonces un personaje desconocido con inclinaciones literarias, se iniciaba en la composición y que quería seguir la carrera de concertista. Robert se quedó a vivir en casa de su maestro, cosa frecuente en la época. Para entonces, Clara ya era bastante madura, probablemente por las experiencias que había tenido en su vida de concertista profesional. Así que entre Robert y Clara se forjó una cálida amistad a pesar de la diferencia de edades. Pronto la amistad se transformó en amor y en 1837 pidieron permiso al padre de Clara para casarse, pues ella era menor de edad y tenía que esperar hasta cumplir 21 años o contar con el consentimiento de los padres, pero Friedrich Wieck se opuso, argumentando que Robert era un partido indeseable.
El matrimonio
Clara y Robert se casaron un día antes de cumplir ella los 21 años de edad, lo que causó una batalla legal que no hubiese sucedido de haber esperado ambos un día más. Wieck nunca dudó del genio de R. Schumann (como lo testifica la correspondencia de Clara) pero no deseaba ver a su hija (quien había sido su más cara inversión) con un compositor sin reputación ni reconocimiento, sin un ingreso estable. Wieck creía que Robert no podría darle una vida digna a Clara. Entonces empezó una ardua batalla legal que fracturó la «perfecta» relación entre padre e hija. F. Wieck no pudo contener su orgullo, impugnó la decisión del tribunal pero imperó la decisión de los novios. (Robert logró comprobar su solvencia moral y económica) además de que su talento era innegable.
Las manos de Robert Schumann
En aquella época lo común era que los compositores tocaran sus propias obras, como Liszt y Chopin. Pero Robert Schumann se lastimó una mano (al intentar usar un invento propio con el cual creía iba a mejorar el arte de tocar el piano) y tuvo que olvidar sus esperanzas de convertirse en pianista virtuoso, así que se dedicó a escribir música y a la crítica musical. Clara, desde muy joven, comenzó a tocar en público las obras de Robert, quien se dedicó a escribir en un inicio exclusivamente para piano y conjuntos de cámara pequeños, pero que triunfó como compositor con su primera sinfonía así como con sus obras de cámara.
Robert y Clara se amaban profundamente. Compartieron muchas cosas de su vida y de su música, que era para ambos parte fundamental de su existencia. Desde el día de su boda llevaron un diario en conjunto. Un poco después, la pareja escribió un conjunto de canciones, que Robert publicó ocultándoselo a Clara para presentárselas en su primer aniversario de matrimonio. Así, de las 12 canciones del Op. 37 de Robert Schumann, tres son de Clara.
La obra de Clara Schumann
Clara Schumann fue admirada por otras personalidades de la época como Goethe, quien la conoció siendo muy joven, en la época en que alternaba los juegos infantiles con su formación musical, y también conoció personalmente a Felix Mendelssohn, Frederic Chopin y Niccolò Paganini. Además de ser pianista, escribió su propia música y editó varias obras de su esposo.
No compuso mucho pero las obras que se conservan de ella tienen gran mérito. Sus composiciones fueron para: piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara, orquesta y música coral a capella de gran belleza. Las razones por las que no se dedicó en mayor grado a la composición fueron varias, entre ellas su carrera de concertista, sus ocho hijos, la devoción por su esposo y el papel de la mujer en el siglo XIX. Clara Schumann tuvo una formación musical privilegiada, lo que junto con su comprensión musical y habilidad le permitieron abordar la composición.
El regalo de Clara a Robert
Después de no haber compuesto nada desde hacía cinco años, Clara Schumann decidió volver a la composición y escribió en su diario en 1853:
Hoy comencé a componer de nuevo, por primera vez en varios años. Para el cumpleaños de Robert quiero escribir variaciones sobre un tema de sus Bunte Blätter. Sin embargo, es muy difícil para mí porque he estado alejada de la composición por demasiado tiempo.
El tema elegido era una pieza que había compuesto Robert en 1841 y que fue publicada en 1852 como el número 4 de su Opus 99, una colección de 14 piezas llamada Bunte Blätter. Vierzehn Klavierstücke op. 99 . La obra de Clara se publicó como su Opus 20 en 1854, cuando Robert estaba ya hospitalizado después de su intento de suicidio. Varios años más tarde apareció otra obra basada en el mismo tema: Johannes Brahms —entrañable amigo del matrimonio Schumann— compuso también unas variaciones sobre el mismo tema: Variaciones sobre un tema de Schumann, Op. 9.
Esta es la pieza de Clara Schumann que vamos a escuchar hoy. Sin embargo AQUI se pueden oir sus composiciones para piano.
Variaciones sobre un tema de Robert Schumann, Op.20
Este regalo que Clara Schumann hizo a su esposo, y de paso a todos nosotros, lo oiremos interpretado por Konstanze Eickhorst.