Se busca un sitio en el mapa y se elige Escocia.
Se busca un ambiente y nos metemos en un castillo. Derruido. Para que sea más sobrecogedor.
Nos faltan los exteriores. ¡Ah, ya está!: El cementerio.
Personajes: Dos enamorados enfrentados por sus familias. Hermano arruinado de Lucía. Amigo enredón. Marido por conveniencia que acaba llevándose la peor parte del pastel.
Conclusión: Novia loca y muerta, novio muerto y el hermano arruinado para siempre.
Perfectos ingredientes para crear una obra romántica, donde las haya: Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti.
Esta ópera representa a la perfección los gustos románticos de la época. Está basada en la obra «The bride of Lammermoor» de Walter Scott (romántico y escocés). Se estrenó en Nápoles en 1835, y algo de románticos debemos tener aún hoy, porque sigue gustando muchísimo.
En 1835, la soprano que iba a estrenar esta ópera, era una soprano ligera, su nombre era Fanny Tacchinardi-Persiani. Por lo visto, era tan buena haciendo coloraturas que Donizetti escribió sólo la base musical de la gran escena de la locura, y dejó que ella se encargara de ponerle todas las coloraturas y escalas que le vinieran en gana. Dichos añadidos se siguen cantando hoy en día, por seguir la tradición.
El primer video es de Natalie Dessay como Lucia en el aria «Il dolce suono» (Metropolitan Opera, 2007)
El siguiente es de Beverly Sills, la ucraniana, de origen, que llegó a ser la reina de ópera americana en los años 60 y 70