CONCIERTO PARA CLARINETE DE COPLAND
Introducción
Volvemos a encontrar a Aaron Copland como protagonista de un artículo, pero es que la importancia de Copland como compositor de la década de 1930 a 1950 es de tal importancia que merece mucho la pena repasar su obra. Copland supo sintetizar elementos neoclásicos con el jazz y populares estadounidenses. Hoy vamos a hablar del Concierto para clarinete de Copland, que escribió dedicándolo al gran clarinetista Benny Goodman.
Por mucho tiempo, Copland fue un admirador de Benny Goodman, y quiso escribir el concierto con el intérprete en mente, dándole un punto de vista fresco. Copland y Goodman no trabajaron juntos durante la composición de la obra. Una vez finalizada, el compositor se la envió a Goodman, quien respondió agradeciéndole: «Con algunas pequeñas correcciones, yo sé que tendremos una buena obra» .
Concierto para clarinete de Copland
El Concierto para clarinete y orquesta de cuerdas con arpa y piano fue compuesto en el año 1949. Su estreno fue el 6 de noviembre de 1950 con Fritz Reiner como director de la Orquesta Sinfónica de los estudios de la NBC.
Estructura del Concierto para clarinete de Copland
El concierto dura dieciséis minutos y medio y está compuesto de dos movimientos conectados por una cadenza. El primer movimiento es una canción lánguida compuesta en compás de tres por cuatro y el segundo una forma libre de rondó, haciendo un contraste en absoluto de estilo severo y de sabor jazzístico.
La cadencia que une los movimientos le da al solista la oportunidad de demostrar sus virtudes, mientras introduce al mismo tiempo los fragmentos del material melódico que serán oídos en el segundo movimiento. En otras palabras, es libre dentro de lo razonable, a fin de cuentas, ésta y el movimiento siguiente están en idioma de jazz.
Asimismo, parte del material del segundo movimiento representa una fusión inconsciente de elementos obviamente relacionados con la música popular de USA y Sudamérica: ritmos de Charleston, Boogie-woogie, y aires brasileños populares. El Concierto para Clarinete termina con una coda bastante elaborada en «do» mayor que concluye con un glissando o “smear” en la jerga jazzística.
Oigamos la interpretación del Concierto para clarinete de Copland con la
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