SONATAS PARA CLARINETE DE BRAHMS
Introducción
Hoy estamos ante dos obras de madurez de Johannes Brahms. De hecho, es el antepenúltimo número de Opus, el 120.
Hablamos de las dos Sonatas para clarinete de Brahms. Destacan sobre todo por el contrate tímbrico entre los tonos graves y los agudos del clarinete. Brahms tuvo la habilidad de integrarlos en equilibrios a través del piano. Son de una belleza contenida y constituyen un magnífico epílogo para la carrera de este gran compositor romántico.
Sonatas para clarinete de Brahms
Las Sonatas para clarinete n.º 1 y n.º 2, op. 120 de Johannes Brahms fueron escritas durante el verano de 18941 en Ischl para el clarinetista Richard Mühlfeld, después de que Brahms fuera cautivado por las interpretaciones de Mühlfeld.
Las dos sonatas fueron bien aceptadas por la mayor parte de los críticos musicales de la época (algunas minorías las rechazaron categóricamente, como hicieron los más conservadores: ‘Clasicistas’, o los progresistas: ‘Nuevos alemanes’).
Por ello, tras la actuación de Brahms y Mühlfeld en Leipzig el 27 de enero de 1895 el Musikalisches Wochenblatt comentaba:
‘‘La música que el maestro nos dio con sus dos sonatas evita, probablemente de manera intencionada, complacer a las masas; las sonatas serán tanto o más apreciadas, aun así, por todos aquellos que comprendan su belleza interna y su esplendor; ellas nos ofrecen una primavera de pura alegría […]. […] No podemos decir cuál de las dos sonatas es la más apreciada’’
Si aquí no querían dar prioridad o preferencia a una sonata por encima de la otra, otras opiniones mostraban una cierta preferencia a la n.º 2: ‘‘El primer movimiento de la sonata en si bemol mayor es delicioso’’, escribía Eduard Hanslick tras el estreno en Viena los días 8 y 11 de enero:
‘‘Un tema que parece caído del mismo cielo o, mejor, elevado por encima de los más bellos días de la juventud, lleno de dulce enamoramiento y dicha. Debido a esta melodía, con la que el clarinete comienza sin ningún preliminar, intoxicado por su propia canción, es este mi movimiento favorito, y para mí la 2ª sonata en si bemol mayor antes que la 1ª en fa menor».
Pues bien, nosotros vamos a poder decidir cual de las dos es nuestra preferida.
Sonata para clarinete en fa menor, op.120 nº 1
1- Allegro appassionato
2- Andante un poco adagio
3- Allegretto grazioso. Vivace
Wenzel Fuchs, clarinete. Elena Bashkirova, piano 1995.
Sonata para clarinete en mi bemol mayor, op.120 nº 2
1- Allegro amabile
2- Allegro appassionato
3- Andante con moto. Allegro
Martin Fröst, clarinete. Yuja Wang, piano. 2019