DU BIST DIE RUH’ (TU ERES EL REPOSO) DE FRANZ SCHUBERT
Introducción
Hoy traigo una de esas piezas breves, aparentemente sencillas y que en realidad son auténticas maravillas. Esta música debería venir en estuche porque es una joya. Hablo de Du bist die Ruh’, un lied de Franz Schubert basado en un poema de Friedrich Rückert. Vamos a escuchar la interpretación de la soprano Sylvia Schwartz acompañada al piano por Malcolm Martineau.
La voz en manos de Schubert
Schubert no inventó el lied, pero sí que le dió una nueva dimensión. Hay que pensar que en el lied, el texto no es dramático ni épico, el texto ya es música en sí mismo. La voz, por lo tanto, ha de ser como el envoltorio que la presenta. Es muy dificil definir lo que es un lied, porque exactamente no es una canción, aunque lo traducimos así para simplificar. Para mí es una combinación entre texto y música que no se sabe bien donde empieza una y termina el otro. Es una unión perfecta. Franz Schubert lo supo reflejar a la perfección, de ahí en gran éxito de sus lieder, que ha permanecido incólume a lo largo del tiempo.
Du bist die Ruh’
Si los lieder de Schubert fueron tan populares se debe en parte a las conexiones que tenía el compositor con personalidades literarias del momento en Viena. Otros textos ya pertenecen a otros poetas más alejados en el tiempo, pero que conectaban con la sensibilidad del compositor.
Du bist die Ruh’ está compuesto en 1823, cinco años antes de la muerte de Schubert. Es el tercer poema de una serie de cuatro. Esta canción está configurada para voz solista y piano.
La simplicidad de la melodía hace que esta pieza sea mucho más difícil de cantar, ya que requiere un legato perfecto y un control de la respiración. Cualquier inconsistencia en el sonido puede alterar la «paz» del poema. Schubert pone temas tiernos y suaves a las palabras de Rückert, y la simplicidad de la línea del piano realza aún más el significado de la canción. La progresión de las armonías se repite con la forma de la barra, siempre estableciendo la clave de la pieza. Con una marca de pianissimo y larghetto y la parte de piano de textura ligera , Schubert prepara el poema para las primeras líneas, «Tú eres el reposo, la dulce paz», en la introducción.
Texto traducido
Tú eres el reposo
La dulce paz
Tú eres la nostalgia
Y lo que ella calma.
A ti me consagro
Lleno de gozo y de dolor,
Aquí hallarán su morada
Mis ojos y mi corazón.
Sé huésped de mi casa
Y cierra tras de ti
Las puertas
Con cuidado.
¡Arroja todo dolor
De este pecho!
Que mi corazón se llene
Con tu gozo.
Las niñas de mis ojos
Se iluminan
De tu fulgor
¡Oh, llénalas a rebosar!