SIR GEORG SOLTI NOS INVITA A UN ENSAYO (OBERTURA DE TANNHÄUSER)
A mí cuando me explican las cosas, disfruto más. Esto es lo que he pensado tras ver este vídeo con Georg Solti en un ensayo. Ver a un director de esa categoría mover los hilos de una orquesta es un lujo. Por esto compartimos este documento.
Es una hora de trabajo y a la vez un placer.
De György Stern a Georg Solti
Georg Solti nació en Budapest el 21 de octubre de 1912. Su nombre real era György Stern. De familia judía, su padre cambió su nombre por el de Georg y el apellido por el de Solti, para librar a su hijo de la persecucuón antisemita.
Recibió la primera formación en la Academia de Música Franz Liszt de Budapest con Ernö Dohnányi y los renovadores Zoltan Kodaly y Bela Bartok. A los catorce años, Solti asistió a un concierto dirigido por Erich Kleiber y como el mismo cuenta en su autobiografía entonces tomo la decisión ser director de orquesta. A los dieciocho años después de terminar sus estudios de piano en la Academia Liszt solicitó y consiguió ser asistente en la ópera de la capital húngara.
En 1936-37, asiste a Arturo Toscanini en el Festival de Salzburgo. El encuentro sería decisivo para la personalidad de Solti al matizar su apasionamiento innato con la obsesión por la perfección formal.
Debutó en la ópera de Budapest en 1938 con Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart. En 1939 huyó de Hungría y marchó a la neutral Suiza. Durante la segunda guerra mundial se refugió en Zúrich y volvió al piano con mucho éxito, ya que ganaría el primer premio en el concurso internacional de Ginebra en 1942.
Georg Solti en Alemania
Después de la guerra, fue director general musical de la Ópera Estatal de Baviera en Múnich. Solti dice de esos años: «Tocábamos en el Prinzregenten, el único teatro que se tenía en pie, aunque, como se habían quemado vestuarios y decorados, tuvimos que empezar interpretando el Réquiem de Verdi tres veces por semana. Mi primera ópera fue Carmen, y recuerdo que hacía tanto frío que el sudor se evaporaba y de la cabeza me salía como humo. No había calefacción, y la gente calentaba el teatro con sus cuerpos, pero el público se afanaba por acudir». Por aquellos años pudo conocer a Richard Strauss en su casa de Garmish, en ocasión de su 85º aniversario y ello le permitió apreciar la grandeza de un compositor al que admiraba y del que se convertiría en uno de los intérpretes de referencia. En 1949, a los pocos meses de la entrevista Strauss murió y Solti dirigió en su entierro el terceto de El caballero de la rosa, que emocionó al público y a los solistas.
Después de presentar cuarenta óperas en seis años, dejó Munich para pasar a dirigir la Ópera de Fráncfort del Meno.
En 1951, debutó en el Festival de Salzburgo dirigiendo Idomeneo, de Mozart.
Sir Georg Solti
De 1961 a 1971 fue director artístico de la Royal Opera House de Londres. Allí, al principio, tuvo serias dificultades en ser aceptado. Su estilo era demasiado germánico, según decían. Sin embargo, un encargo de la DECCA para dirigir la tetralogia wagneriana lo cambió todo. No sólo fue reconocido como uno de los grandes sino que en 1972 se le concedió la ciudadadnía británica y fue nombrado Sir.
La Orquesta Sinfónica de Chicago
Georg Solti dirigió la Sinfónica de Chicago de 1969 a 1991. Allí encontró el ambiente ideal para seguir con su carrera prestigiosa. De ella dijo: “Estos años han sido los más felices de mi vida musical. Lo digo con mucho orgullo, porque en ellos ni tuve jamás un solo problema con la orquesta ni hube de dar un grito en fortísimo. Siempre hemos trabajado con plena comprensión y armoniosa alegría musical. La orquesta toca cualquier obra con el mismo entusiasmo como si la estuviéramos estrenando, y esto es lo que más me llena. Así hemos superado los 700 conciertos y grabado más de 90 discos. Es lo que se puede llamar un matrimonio feliz, y por mi parte, mientras mi fuerza física me lo permita, quiero seguir con ellos»
Sir Georg Solti murió en la localidad de Antibes el 5 de sepriembre de 1997.
El ensayo de la Obertura de Tannhäuser
Y vamos a ver a Georg Solti en acción. Dirige a la Süddeutsche Rundfunk Symphony Orchestra en la Obertura de Tannhäuser. Merece la pena ver como sabe «hacer cantar» a la orquesta, según sus propias palabras. Seguro que si lo vemos, después entenderemos mucho mejor esta grandiosa Obertura de Wagner.
Y ahora vamos a ver la misma pieza con la Orquesta Sinfónica de Chicago.